Bienvenid@s

En este blog, muestro los aspectos psicosociales del paciente ante las diversas enfermedades crónicas. Para ésto, os enseño una serie de vídeos, artículos, enlaces, etc. Espero que os guste y que os sea útil!!Un saludo.

sábado, 9 de febrero de 2008

Aspectos psicosociales de las enfermedades crónicas

Imprimir

Clásicamente, en el proceso mórbido de una persona, no se consideraba relevante la reacción psicológica de la misma, ante la presencia de una enfermedad. Sin embargo, es indudable que en la experiencia cotidiana, esta reacción adquiere trascendencia en el curso de cualquier afección orgánica y, lo que es más significativo, en el resultado de su tratamiento. La respuesta de la persona a la enfermedad varía ostensiblemente si el sujeto padece una enfermedad de corta duración (aguda) o si, por el contrario, se trata de una enfermedad de larga evolución, o si además su tratamiento no es resolutivo, sino paliativo, mutilante o invalidante. Una enfermedad crónica es “aquella que provoca un trastorno orgánico funcional en la persona, que la obliga a modificar su modo de vida y, con seguridad, persistirá durante cierto tiempo”. La duración temporal puede variar y el proceso de la enfermedad puede ser inestable, con períodos de remisión e intensificación, influyendo todo ello en el modo de responder del paciente a su dolencia. La incidencia de las enfermedades crónicas en la actualidad es cada vez superior entre la población general de afectados, siendo a menudo personas de edad avanzada, aunque pueden darse también en cualquier etapa del desarrollo evolutivo de la persona. Ciertos factores ambientales (estrés, contaminación, hábitos tóxicos, modos de conducción, peligros, etc.) propios de sociedades industrializadas, como la nuestra, conjuntamente con los factores hereditarios o predisponentes, son las causas de las enfermedades crónicas. Además, no olvidemos como se expuso anteriormente, que cualquier trastorno o enfermedad de tipo agudo, puede cronificarse debido a causas variadas.

Su clasificación:

Imprimir


 Permanentes e irreversibles, y cursan con alteraciones residuales.

 Son multicausales y no contagiosas y, como se ha dicho anteriormente se abordan desde una perspectiva multidisciplinaria.

 Requieren entrenamiento específico y adecuado a cada paciente y a su familia, para asegurar su cuidado, así como su estrecha colaboración con el equipo de salud.

 Precisan largos períodos de cuidados y tratamiento para su control y para paliar los efectos de la enfermedad.

 Conllevan sentimientos de pérdida como componente específico y predominante en cualquier tipo de enfermedad crónica.

Clasificación de las enfermedades crónicas

Imprimir


Son diferentes las clasificaciones que encontramos en las diversas bibliografías sobre las enfermedades crónicas, debido a la fuente que consultemos. Sin embargo, lo que es común a todas, un denominador frecuente, es la pérdida. Ésta adquiere relevancia por las implicaciones que supone para los cuidados de enfermería.

Siguiendo la clasificación que propone Kiely (en Fitzgerald, 1985), las enfermedades crónicas pueden agruparse en tres grandes categorías:

1. Enfermedades que provocan un intenso sentimiento de pérdida o amenaza física. Las más significativas son:

a. Enfermedades de mal pronóstico (oncológicas, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, etc.).
b. Enfermedades que provocan gran dependencia (renales, etc.)

2. Enfermedades que conllevan nociones de dolor o mutilación. Las más significativas son:

a. Enfermedades que en su evolución cursan con dolor crónico (artritis reumatoide, etc.).
b. Enfermedades que conllevan pérdidas de la imagen corporal (amputaciones, colostomías, etc.).

3. Enfermedades que precisan para su evolución favorable modificaciones en el estilo de vida. Las más significativas son:

a. Enfermedades cardiovasculares (hipertensos, cardiópatas, etc.).
b. Enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad, etc.).
c. Enfermedades respiratorias (asma, etc.).

Pérdidas asociadas a la enfermedad crónica

Imprimir


El diagnóstico de enfermedad crónica supone una grave distorsión en le vida de la persona, puesto que la amenaza implícita o explícita hacia su integridad, así como los múltiples cambios en el estilo de vida a los que deberá de hacer frente desde el inicio (cambios en la autoimagen y autoconcepto, en la rutina cotidiana, en las capacidades físicas, etc.), hacen que el sujeto este marcado para siempre.

Los problemas a los que estas personas se tienen que enfrentar se desarrollan en el ámbito personal, familiar y social del individuo:

1. En el ámbito personal, los problemas giran en torno a la pérdida del estado de salud anterior. De este modo, es frecuente que el paciente sufra debido a su malestar físico y emocional. Además sufrirá pérdida de la independencia, modificaciones o pérdidas en la escala de valores y filosofía de vida, alteraciones en el autoconcepto y autoimagen, sentimientos de impotencia o desesperanza, miedo a lo desconocido, miedo a la pérdida de control propio y del medio y respuestas depresivas, de negación o de agresividad.

2. En el ámbito familiar, los problemas se vinculan a la pérdida de equilibrio familiar anterior. Es posible que el enfermo pierda el rol que tenía con anterioridad. Así mismo, la familia debe asumir estos cambios en el rol, cambios en las responsabilidades, la separación del entorno familiar –cuando existe la necesidad de hospitalización-, problemas de comunicación entre los miembros y distorsiones en las rutinas familiares.

3. En el ámbito social, los problemas más importantes están ceñidos a la pérdida de relaciones y lazos afectivos. Los más relevantes son la pérdida o cambio de status –cuando la enfermedad conlleva la pérdida o cambio en el empleo o cambios en el nivel económico-, aislamiento social –por las limitaciones y vivencia de la propia enfermedad-, cambios en la utilización del tiempo libre y modificaciones en la calidad o cantidad de interacciones sociales.

viernes, 8 de febrero de 2008

El proceso de cuidados

Imprimir


Valoración del paciente crónico

La valoración del paciente crónico debe concordar con las características del individuo, de su enfermedad concreta y de la situación y problemas actuales. En un tipo de pacientes con enfermedades de larga evolución, las alteraciones tendrán unas características que en otro tipo de enfermedad crónica resulten secundarias o menos importantes. Pero de manera orientativa, los aspectos relevantes que la enfermera valorará son los siguientes:

• Tipo de enfermedad e implicaciones que supone para la persona en las diferentes esferas de su vida (personal, familiar y social).

• Vivencia de la incapacidad por parte del paciente y de su familia. Debe valorarse la existencia de ansiedad, de sentimientos de desvalorización, impotencia, desesperanza, ira, hostilidad, temor a la enfermedad y a sus consecuencias, necesidad de dependencia de la familia o del equipo terapéutico o sensación de falta de control.

• Creencias y valores personales y familiares. La capacidad de adaptación a la situación de irreversibilidad, así como la intención de poder superarla de manera activa y positiva, en parte determinada por las propias creencias y conceptos acerca de lo que es importante y lo que es accesorio (belleza, concepto de salud y bienestar, creencia en un vida posterior que compense los sufrimientos actuales, etc.).

• Limitaciones existentes para afrontar la incapacidad (falsas creencias, problemas emocionales, falta de apoyo, aislamiento social –voluntario o involuntario-, falta de conocimientos, falta de motivación para asumir la responsabilidad del propio cuidado, baja autoestima o autoconcepto, desinterés por la propia vida, situación de precariedad económica, situación geográfica de aislamiento o lejanía de los centros de cuidados y tratamiento, etc.).

• Recursos personales. Para valorar la capacidad de adaptación, deben considerarse las competencias de la persona, así como de la familia en la resolución del problema, nivel de capacidad de aprendizaje, capacidad para encontrar nuevos modos y filosofía de vida que resulten satisfactorios y adecuados a sus posibilidades de salud, etc.

• Sistema de apoyo del que dispone la persona y la familia. Deben valorarse los recursos de apoyo naturales y organizados (amigos, vecinos, familia extensa, asociaciones de enfermos crónicos, sistemas de ayuda profesional existentes, etc.) que pueden ser utilizados por el sujeto, como ayuda en un proceso de adaptación a la enfermedad. De este modo, debe considerarse la relevancia del soporte existente para la familia con el fin de fortalecer su capacidad de ayuda.

Diagnósticos de enfermería

Deben de ser enunciados de acuerdo con las características de cada persona, problema y situación. Los diagnósticos principales son:

1. Afrontamiento familiar inefectivo: comprometido, relacionado con la falta de conocimientos sobre el cuidado y tratamiento de la enfermedad o problemas económicos, cambios en los roles o patrones habituales de responsabilidad.

2. Afrontamiento individual: ineficaz, relacionado con ruptura de los lazos emocionales, incapacidad para hacer frente a las expectativas de rol, escasa autoestima, desamparo, exceso de creencias negativas o crisis situacional.

3. Trastorno de la autoestima, relacionado con sentimientos de desvalorización o culpa.

4. Dolor crónico, relacionado con la alteración física o psico-social crónica, temor a la repetición del daño o alteración en la capacidad para continuar en las actividades previas.

5. Dificultad para el mantenimiento del hogar, relacionado con la enfermedad crónica incapacitante.

6. Trastorno de la imagen corporal, relacionado con la pérdida de parte o función del cuerpo.

7. Negación ineficaz, relacionada con la incapacidad para admitir el impacto de la enfermedad en su estilo de vida, minimización de los síntomas o incapacidad para admitir el miedo a la muerte.

8. Alteración de los patrones de sexualidad, relacionada con alteración en las relaciones con otras personas significativas, limitaciones fisiológicas (infarto de miocardio, insuficiencia renal crónica, etc.), impotencia, ansiedad o depresión.

9. Aislamiento social, relacionado con la pérdida de las relaciones establecidas o fracaso en generarlas.

10. Alteración en el patrón del sueño, relacionado con trastornos en el estilo de vida.

11. No seguimiento del tratamiento, relacionado con el sistema de valores del paciente, falta de conocimientos, falta de apoyo familiar, relación insatisfactoria con el personal de salud o relación no terapéutica entre el paciente y la enfermera.

12. Alto riesgo de violencia: autolesiones, lesiones a otros, relacionado con incapacidad para controlar la conducta, temor a lo desconocido o reacción de ira.


Objetivos de los cuidados

La enfermera debe de actuar de acuerdo con los diagnósticos de enfermería, pero a la vez, debe de tener en cuenta unos objetivos que dependen de cada situación de cuidados. La enfermera debe de:

• Apoyar al paciente en el proceso de identificación, elaboración y resolución de las pérdidas.

• Ayudar al paciente y a la familia en el proceso de adaptación al cambio, promoviendo la aceptación del rol de paciente crónico y el nivel máximo de independencia posible.

• Ayudar al paciente a obtener un nivel suficiente de calidad de vida, que le proporcione sentimientos de bienestar y aporte esperanza de futuro.
Así mismo, la relación que se establece entre el profesional de la salud y el enfermo tiene una gran importancia. El encuentro entre el sanitario y paciente está siempre cargado emocionalmente, es una relación intensa por parte de ambos. El paciente en este encuentro deposita en el personal sanitario una serie de "productos" (dolores, sufrimientos) cargados de afectividad (miedos, angustias y un grado de incapacitación) y espera del personal sanitario el reconocimiento de "su" enfermedad y de "él mismo" como persona enferma.


También son importantes las reacciones del personal sanitario ante un enfermo crónico, debiendo de ser siempre las adecuadas. Además, cuando se interviene sobre la vivencia de la enfermedad que tienen los pacientes, se pueden desarrollar varias estrategias:

1. Utilización del miedo: se pueden utilizar frases intimidatorias. Hay que acompañarlo de refuerzos positivos para evitar que sea tomado como un castigo, o puede pensar que la enfermedad no tiene solución. Ej.: " su hígado está destrozado, como siga bebiendo no respondo de usted". "Si no se toma estas pastillas cualquier día se estos tendrá que ir a Urgencias, y vaya a saber si con las piernas por delante".
2. Antagonización o impugnación de la conducta del paciente: actuar impugnando una conducta errónea puede estimular un mejor cumplimiento de una terapéutica si tenemos en cuenta que:
- Sea realizada con empatía.
- Dar oportunidad al paciente para justificar su conducta.
- No humillar al paciente.
- Respetar las opciones del paciente cuando respondan a una opción ideológica o religiosa.
Ej.: "Se lo he dicho muchas veces, su problema principal es el tabaco; mientras no deje
de fumar no hay jarabe que valga". "No creo que haya seguido la dieta, de ser así
habría perdido más de dos kilos".
3. Confrontación y análisis de las emociones del paciente: el profesional de la salud da la oportunidad al paciente para que verbalice emociones o creencias relativas a su padecimiento. Hay que tener en cuenta unas condiciones:
- No aturdir al paciente con preguntas, darle tiempo suficiente.
- Crear un clima de confianza.
- Trabajar las emociones del paciente hacia actitudes o conductas positivas.

No emitir juicios de valor, ya que los sentimientos de un individuo no deben ser enjuiciados por el profesional de la salud.


Intervención de enfermería

El asesoramiento incluye acciones tales como:

1. Informar acerca de la enfermedad, curso y pronóstico, así como las consecuencias previsibles o potenciales que puede significar.

2. Entrenar al paciente en todas aquellas habilidades y competencias de autocuidado que la persona necesita poseer, para asegurar la satisfacción de sus necesidades básicas (físicas, psicológicas y sociales).

3. Informar al paciente y familia sobre las redes de ayuda (asociaciones o grupos de autoayuda, servicios especializados en salud mental, grupos de apoyo específicos dinamizados por profesionales de la salud, etc.) o servicios de que puede disponer y formas de acceso.

Lo importante no es evitar esos problemas, sino resolverlos adecuadamente, de forma que creen el mínimo estrés. Para ello, las personas disponen de una serie de recursos que ayudan a su solución o bien a soportar los problemas de manera adaptativa.

El primer recurso es el propio enfermo. En las situaciones en que esto no es suficiente hay que disponer de otro tipo de recursos externos que son los denominados "sistemas de apoyo social". En el paciente crónico estos sistemas de apoyo tienen una gran importancia.
1.- Tipos de sistemas de apoyo.
1.1.- Sistemas de apoyo naturales:
- Familia
- Compañeros de trabajo
- Compañeros de estudio
- Compañeros de culto y creencias
- Amigos, vecinos, etc.
1.2.- Sistemas de apoyo organizados:
- Servicios sociales institucionales.
- Asociaciones de autoayuda.
- Organizaciones no gubernamentales.
- Ayuda profesional: médicos, enfermeras, asistentes sociales.
2.- La familia como sistema de apoyo.
La familia es la unidad básica de la sociedad alrededor de la cual se mueven todos los individuos. Es un elemento que la enfermera deberá tener en cuenta en el proceso de cuidados.

La familia tiene unas características que ayudan a su definición:

- La familia como sistema social universal: en todas las sociedades, el grupo familiar es el primero que entra en contacto con el individuo y el que más influencia ejerce sobre él.
- La familia como macrocosmos social: en la familia se reproducen las relaciones sociales con un diferenciación de los roles en función de la edad, sexo, etc.
- La familia como sistema abierto: un sistema es un conjunto de partes o unidades que conforman un todo complejo y estructurado. En la familia, los miembros constituyen las unidades que forman subsistemas (subsistema conyugal, subsistema hermanos, subsistema abuelos) que configuran el sistema familiar. La familia es un sistema abierto que mantiene relaciones con otros sistemas.
- La familia como agente socializador: la familia transmite conocimientos, modelos y valores propios de la sociedad, que el individuo asume como propios.
- La familia como grupo primario: en los primeros años de nuestra vida establecemos contacto e intensos lazos con un grupo reducido de personas, nuestra familia. Es una relación primaria sin la cual sería imposible sobrevivir. La pertenencia a dicho grupo viene determinada de manera involuntario, por el hecho de haber nacido en el seno de una familia u otra.
- La familia como institución: la familia junto con la religión son las únicas instituciones desarrolladas universalmente en todas las sociedades.

La familia es la mayor fuente de apoyo social y personal de que pueden disponer las personas, tanto en los periodos de independencia como en los de dependencia (niñez, enfermedad, desempleo, etc.)

Hay estados que muestran que las personas que disponen de un sistema de apoyo familiar efectivo soportan mejor las crisis de la vida.

Los enfermos crónicos con algún grado de discapacidad reciben la mayor parte de los cuidados del entorno familiar. Dentro de la familia suele haber un miembro que asume la responsabilidad, organización y dedica más tiempo. A esta persona se la denomina Persona de Apoyo Principal (PAP)
Para elaborar un buen plan de cuidados la enfermera debe obtener los siguientes datos de valoración de la familia del enfermo crónico:
- Identificar la PAP: puede ser la que dedique más tiempo o la que tenga mayor influencia en el grupo familiar. Esta persona puede ayudar a planificar los cambios en la vida cotidiana del enfermo crónico.
- Valorar las ideas sobre la enfermedad de la familia: es muy importante cuando el enfermo crónico es varón, ya que la mujer va a ser responsable de la mayoría de los cuidados, y hay que contar con su colaboración.
- Conocer si hay limitaciones de tiempo de la PAP, por cuestiones de trabajo o familiares. De ser así, conocer si hay apoyo sustitutorio o hay que conseguirlo. Es importante para proporcionar periodos de descanso necesarios para el cuidador.
En algunos trabajos se ha estudiado el perfil psicológico del cuidador. Las características más habituales son:
- Mujer
- Esposa o hija del enfermo
- Nivel cultural bajo
- Cuidan al enfermo diariamente (4 horas) y sin periodos de descanso
- Escaso apoyo
La situación del cuidador con restricciones en su vida social, en su estado de salud, en su tiempo libre, en sus aficiones, en su intimidad, etc., perturba de modo intenso su equilibrio personal y familiar, dañando gravemente la relación intrafamiliar y experimentando una profunda sensación de soledad. Se puede desarrollar un síndrome de "fatiga crónica" o "Síndrome de Burnout", que puede interferir en la calidad de los cuidados proporcionados el enfermo.
Las manifestaciones principales del "Síndrome de Burnout" son:
- Síntomas depresivos: trastornos del sueño, tristeza, fatiga que no corresponde a la actividad, incapacidad para concentrar la atención, perdida de interés en actividades previamente placenteras, cefaleas,…
- Cambios de humor, agresiones verbales y expresiones de crueldad.
- Síntomas físicos: molestias abdominales, mareos, síntomas cardiovasculares y respiratorios.
- Consumo de alcohol o drogas.
La situación de agobio que vive el cuidador es el principal predictor de la institucionalización en pacientes dependientes como los ancianos.
Las necesidades más importantes del cuidador son:
1. Información: el cuidador necesita aumentar sus conocimientos sobre la enfermedad, sus cuidados, complicaciones, etc.
2. Formación: desarrollo de habilidades de comunicación, afrontamiento de= estrés, cuidados al paciente.
3. Apoyo emocional: el cuidador desea recibir afecto, comprensión y apoyo de otras personas de su círculo social. El apoyo puede llegar de grupos de apoyo constituidos por personas que han vivido situaciones similares y por tanto hablar el mismo lenguaje que los "cuidadores".
4. Periodos de descanso- hay que buscar fórmulas que permitan al cuidador momentos de descanso (mañanas, vacaciones, fines de semana). Se puede recurrir a centros de día, ONGS, voluntariado, asociaciones de familiares, cuidadores profesionales, etc.
5. Otras: económicas, ayuda en el cuidado físico, ayuda en funciones domesticas, etc.
3.- Otros sistemas de apoyo social.
La familia, como hemos visto, constituye la base del sistema de apoyo natural del individuo. Sin embargo, son importantes otros sistemas de apoyo que puede tener el paciente:

3.1.- Amigos.
Son elegidos por el individuo y con ellos se comparten intereses, aficiones y filosofía de vida, generando sentimientos positivos de pertenencia, estima y seguridad.

3.2.- Compañeros de culto.
Es un sistema de apoyo muy antiguo. Es una relación que se caracteriza por encuentros periódicos con individuos con los que se comparten creencias, valores y un sentido de la vida. Es un apoyo disponible incluso con cambios geográficos.

3.3.- Vecinos.
Debido a la soledad en que viven algunos enfermos, con sus familias distantes geográficamente, los vecinos se sitúan en un primer lugar en el apoyo de= paciente en temas domésticos (compras, alimentación) y de compañía. Proporcionan una sensación de seguridad al paciente ante los acontecimientos imprevistos que pueden surgir.

3.4.- Asociaciones de autoayuda.
Se reúnen personas que comparten los mismos problemas y experiencias vitales. Los fines de estas asociaciones son:
- Apoyo y soporte para todos los miembros de la asociación.
- Puesta en común de experiencias personales y conocimientos que pueden ayudar a otras
personas.
- Promover la adaptación al cambio de vida causado por la enfermedad.
- Actuar como grupo de presión sobre la administración , instituciones y la opinión publica, con el fin de dar a conocer su situación y encontrar salidas pertinentes a sus problemas.

3.5.- Organizaciones no gubernamentales (Ongs) y asociaciones de voluntarios. En nuestro país estas actividades cada vez adquieren una mayor importancia, aumentando constantemente el número de personas que dedican parte de su tiempo a estas actividades.
El voluntario es toda persona que de una manera desinteresada, generosa y constante dedica su tiempo libre al servicio de los demás.

Las características de los voluntarios son:
- Solidaridad: interés por las necesidades y problemas de los demás para colaborar en la búsqueda y hallazgo de las soluciones.
- Asociacionismo: disposición para integrarse o implicarse en el colectivo donde va a desarrollar su tarea, que le servirá de orientación y encontrará un mejor soporte para llevar a cabo su actividad.
- Continuidad: para posibilitar a la asociación programar sus actividades.
- Tiempo libre: para dedicarlo a la prestación de los servicios.
- Gratuidad: sin interés personal ni ánimo de lucro.
- Preparación adecuada: conocimiento de las características de las enfermedades que va a ver y manejo de habilidades de comunicación. Las asociaciones suelen encargarse de la formación del voluntario. Por ejemplo, la Asociación Española Contra el Cáncer tiene cursos de formación para sus voluntarios.

A estas características, hay que unir unas cualidades que también debe poseer un voluntario:
- Sensibilidad: la situación que vive el enfermo y su familia requiere de la sensibilidad de la persona que les va a ayudar.
- Respeto: absoluto de las creencias y costumbres de= enfermo y su familia.
- Discreción: siempre guardando la información confidencial, no interviniendo en los asuntos familiares y no haciendo comentarios fuera de lugar.
- Madurez: para soportar situaciones difíciles que pueden surgir.
- Profesionalidad: deben saber aislar su trabajo se su vida privada.
- No paternalismo: tratar al enfermo como una persona con todo respeto y consideración.
- Constancia: teniendo en cuenta que el enfermo y su familia se pueden llegar a sentir muy desilusionados si se sienten abandonados.
- Cooperación con el resto de= equipo: trabajar en colaboración, siguiendo sus indicaciones y teniendo un clima agradable y de respeto.
- Puntualidad: antes de concertar la próxima visita estar seguro de poder cumplirla. Llegar a la hora concertada.

En el Apéndice 1 viene una relación de Asociaciones de autoayuda y organizaciones no gubernamentales nacionales y de la Comunidad Valenciana.

3.6.- Sistemas de ayuda profesional.
Este sistema de apoyo suele ser el ultimo al que las personas acuden en busca de ayuda.


El apoyo incluye acciones diversas, tanto en el aspecto emocional como material:

1. Facilitar la expresión de sentimientos y pensamientos problemáticos para el paciente, a través de las actitudes facilitadotas (aceptación, empatía, comprensión, disponibilidad, escucha, etc).

2. Fomentar su participación activa en las decisiones de cuidados con el fin de mejorar su autorresponsabilización y sus habilidades de autocontrol y de control del medio.

3. Reforzar los comportamientos de aprendizaje y cambio conducentes a mejorar las habilidades de autocuidado.

4. Ayudar a reconocer las aptitudes y las actitudes positivas que posee la persona para la máxima utilización de su potencial y el refuerzo de su autoconcepto y autoestima.

5. Estimular el mantenimiento e incremento de los contactos interpersonales para disminuir el aislamiento social y mejorar los recursos de apoyo personales.

6. Reforzar positivamente la capacidad de solicitar y/o aceptar ayuda sin que se sienta por ello débil, despreciado o inútil.

7. Asegurar el establecimiento y mantenimiento de una relación terapéutica que ayude a la persona y a su familia en el proceso de adaptación a la enfermedad, con todo lo que ello supone (cambios en el rol y status, cambios físicos, sentimientos asociados, etc.).

Mecanismos psicológicos de curación

Imprimir


El método de curación que utiliza medios psicológicos, se ha denominado psicoterapia. Históricamente, la psicoterapia ha arrastrado connotaciones no deseadas; así, se la ha considerado mentalista, médica, y acientífica. Mentalista, por basarse conceptualmente en el aparato psíquico, poco accesible a la observación. Médica, por haber sido en sus orígenes un dominio profesional casi exclusivamente médico, hasta que la psicología se ocupó de reformularla para su ámbito. Acientífica, debido a que el proceso de la psicoterapia no puede describirse operacionalmente –sólo parcialmente-, ya que se trata de una experiencia irrepetible. La acción conjunta de la psicología y los psicólogos ha aportado contribuciones importantes al campo de la psicoterapia, sobretodo en el ámbito de la metodología, de la investigación profesional. Desde principios de los 70, los psicólogos han estado muy pendientes de los avances en la psicoterapia.

Actualmente, la práctica de la psicoterapia es reconocida entre los psicólogos clínicos y psiquiatras, en los países más desarrollados, y la enorme variedad de aplicaciones la ha dotado de una naturaleza muy profesional en su práctica e interdisciplinaria en cuanto a su objetivo. En casi todos los supuestos de intervención en el ámbito de la salud y el bienestar social pueden aplicarse variantes y modalidades de la psicoterapia. La consideración global de todos los aspectos que repercuten en la salud ha requerido la integración de valoraciones y tratamientos de índole biológico, con los psicólogos y los sociales, haciéndose necesario un acercamiento de los profesionales sanitarios no psicólogos a los conocimientos básicos de la psicoterapia y sus modalidades, para hacer realidad la atención interdisciplinaria que requiere la prevención de la enfermedad y el cuidado de la salud.

Sin embargo, es frecuente utilizar de forma indistinta los términos equipo multidisciplinar e interdisciplinar. No son sinónimos, son modelos de organización diferente. En el equipo multidisciplinar, intervienen distintos profesionales de forma circunstancial, pero no interaccionan entre ellos, más allá de una mera transmisión de información. Ejemplo: consulta de distintos especialistas sobre un paciente diabético (médico de cabecera, enfermera, dietista, endocrinólogo, oftalmólogo, neurólogo, etc.). En el equipo interdisciplinar interaccionan las diferentes disciplinas y profesionales, permitiendo que los limites entre ellos se desdibujen. No actúan como compartimentos estancos.

1.- Principios del trabajo interdisciplinar.
- Profesionales diferentes: el equipo interdisciplinar está formado por diferentes profesionales con conocimientos, lenguaje y experiencias diferentes.
- Igualdad / diferenciación: todos los miembros del equipo tienen una opinión sobre un determinado problema, que debe ser oída y respetada, pero hay que reconocer que hay miembros en el equipo más capacitados para cada tipo de problema; por lo que debe prevalecer su criterio. Por tanto los miembros de un equipo interdisciplinar se igualan en sus opiniones, pero se diferencian en sus criterios.
- Liderazgo: para que funcione el equipo debe existir la figura del líder. El líder es aquella persona que es capaz de crear con su intervención el ambiente adecuado para que el equipo funcione y se desarrolle. El líder surge de forma natural, recayendo este papel en aquel miembro del equipo con mayor prestigio, capacidad de consenso y habilidad de negociación. Generalmente el papel del líder es asumido por el medico, pero no es imprescindible.
- Dinamismo: el equipo se ve afectado por cambios de toda índole, internos y externos; y debe ser capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias.
- Lenguaje común: los distintos componentes del equipo proceden de profesiones diferentes con un lenguaje propio. Un principio básico para empezar a trabajar es entenderse y para ello hay que conseguir un lenguaje común, que sea entendido por todos.
- Conocimientos comunes: un lenguaje común permitirá que el equipo adquiera un mínimo de conocimientos comunes para que la interacción sea más efectiva.
- Apoyo: el equipo constituye una de las principales fuentes de apoyo cuando surgen dificultades, porque son las personas que mejor pueden comprender y compartir nuestra situación.
2.- Componentes de equipo.
El equipo debe estar formado por todas aquellos profesionales que representen la totalidad de la persona.
En la practica está formado por:
- Equipo básico: médico, enfermera y trabajador social.
- Otros profesionales: psicólogo, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, capellán, etc.).
3.- Características de los componentes del equipo.
- Vocación: hay que tener cierta inclinación para dedicarse al cuidado de pacientes con patologías de larga duración, que no se resuelven y tienden a ir empeorando.
- Madurez profesional: hay que poseer una sólida preparación para resolver los problemas que surgen en el estado de salud.
- Madurez personal: hay que tener capacidad para relacionarse con los demás, proporcionar un apoyo al paciente y no verse afectado en tu propia vida.
- Equilibrio profesional: hay que mantener un equilibrio entre las distintas profesiones que componen el equipo.
- Equilibrio caracterológico: la diversidad de caracteres entre los miembros del equipo constituye un elemento enriquecedor del trabajo. Si se consigue armonizar esta pluralidad de caracteres el trabajo se desarrolla con más facilidad y eficacia, consiguiendo un alto grado de satisfacción entre sus miembros.
4.- Problemas que pueden presentarse.
- Conflictos relacionases: pueden existir barreras en al comunicación por problemas de lenguaje, transmisión de mensajes, canales utilizados. Pueden producirse malentendidos que creen sentimientos negativos.
- Escasez de recursos humanos: en condiciones normales puede ser por una asignación de personal insuficiente que no tenga en cuenta las cargas asistenciales del equipo. En condiciones especiales puede ser la escasez temporal por enfermedad, vacaciones, etc.
- Inestabilidad en el equipo de cuidados: cambios frecuentes del personal del equipo por sustituciones, contratos temporales.
- Conflicto de actitudes personales hacia el trabado: una actitud positiva hacia el trabajo puede determinar el interés en la participación, colaboración y trabajo en equipo. El desinterés por el trabajo puede dar lugar a retrasos al inicio del turno, ausencias injustificadas al trabajo y apatía.
5.- Situación actual.
Dossier sobre la situación actual de los equipos de Atención Primaria.

Concepto de psicoterapia

Imprimir



Término que implica la conjunción de dos contenidos: psico y terapia. En esto se basa su especificidad. Al mismo tiempo se basa en diversos aspectos, puesto que utiliza medios psicológicos que se refieren al saber psicológico (a diferencia, por ejemplo, de los medios médicos, farmacológicos, sociales o jurídicos)y que se utilizan de forma profesional, por personal científicamente formado que procede de forma intencional y persiguiendo un fin.

El estrés crónico influye en la inhibición del sistema inmune. Por lo que se deduce que podría haber alguna relación bastante directa entre dicha situación de estrés y el miedo de la enfermedad, siempre que concurrieran además uno o varios de los demás factores. El diagnóstico de enfermedades crónicas, habitualmente, genera una crisis que exige medidas de adaptación rápida, pues ante el Impacto emocional, el paciente se ve obligado a tomar en el menor tiempo posible, decisiones sobre las consultas que hará y las terapéuticas que aceptará. La experiencia clínica prueba los beneficios de contar con asistencia psicoterapéutica desde este momento, ya que el paciente es ayudado a superar la situación de estrés agudo, pudiendo entonces tomar decisiones con relación al tratamiento, a sus relaciones vinculares y a sus actividades sociales.
Muchas veces los pacientes no han sido informados, suponen, dudan, o no entendieron lo que se les informó y desde ese lugar, no están en condiciones de tomar decisiones y están muy asustados. El lugar de la consulta psicoterapéutica, donde este malestar puede "ser escuchado, da la oportunidad de enfrentar los propias circunstancias, comenzando a tomar decisiones, y pasando de la actitud pasiva de objeto, a una actitud activa de sujeto.
El cambio de actitud, la toma de las riendas de la situación y el saber qué es lo que está pasando, siempre tienen un efecto tranquilizador, que reduce la ansiedad y da esperanzas y fuerzas para emprender el camino que hay por delante. La capacidad de afrontamiento y adaptación de cada persona está condicionada por el estilo de personalidad previo y la fortaleza del Yo, así como por los afectos y el apoyo familiar y social, incluido el equipo de salud.
La asistencia psiquiátrica y psicológica pueden evitar o disminuir los efectos de paralización, confusión, dificultades de concentración, alteraciones somáticas (apetito, sueño) y de la actividad cotidiana, que la condición traumática de la experiencia habitualmente genera. Además, el estado de ánimo puede ser alterado no sólo por los tratamientos necesarios para lograr librarse de la enfermedad, sino por efectos adversos de los fármacos, del tumor o de enfermedades asociadas.
Una vez iniciados los tratamientos a los que el paciente debe someterse, el tratamiento psicoterapéutico es un apoyo para el sostén de los mismos, ya que, en sí son traumáticos y a veces dolorosos, y es necesario un fuerte deseo de vivir y una gran entereza para continuarlos hasta llegar a la liberación de la enfermedad o a la mejoría de la calidad de vida.
El equipo de salud hará que la comunicación con el paciente sea lo más fluida posible, intentando que se sienta seguro, confiado y con derecho a saber tanto como quiera sobre el desarrollo de la curación psicológica.
Pese a que no hay comprobación científica sobre la magnitud de la incidencia de los factores psico-socio-emocionales en el inicio de la enfermedad, si contamos con experiencias controladas de los efectos de las intervenciones psicoterapéuticas, tanto Individuales como grupales, sobre la mejoría de la respuesta a tos tratamientos.
En el Tratado de Psiquiatría de Klaplan y Sadock se cita una revisión de más de 20 intervenciones psicoterapéuticas controladas que demostraron que todas tienen efectos benéficos. Tanto las sesiones individuales como las grupales, mejoraron la autoestima y el auto imagen, y redujeron la ansiedad